sábado, 25 de julio de 2009

1er ICSI

En el 2007, realizamos nuestro primer tratamiento de fertilización asistida, denominado ICSI.
En dicho tratamiento se extrae un esperma y se lo inyecta al ovulo en forma asistida fuera del útero en laboratorio. Se aguarda que se transforme en embrión, y se lo implanta a la mujer para que continúe su proceso de fecundación.
Nada aberrante, no?
Solo una ayuda médica para que mis benditos espermas se encuentren felizmente con la semillita que dará vida y de este modo, la cigüena venga de Paris sin escala, ni ahogarse cruzando el oceano.
Aunque aquella vez, mas allá de todo intento médico, los resultados no fueron los que esperamos, se implantaron 3 embriones, y no fecundó ninguno.
A continuación quiero abrochar en el tender, un video que reflejó oportunamente nuestras ansiedades, alegrías y expectativas, con la inocencia de dos niños dejando sus zapatitos a los reyes magos...
Dios, la vida, la ciencia, o no sé quién, lamentablemente quiso que esta vez vieramos a papá echar el pasto a la basura, y a mamá beberse el agua.
...
Y aquí estamos, sin perder las esperanzas, resolviendo aquello de "Carajo, si probamos de nuevo y da negativo será devastador...".
Pero somos tan humanos, y nos amamos tanto.
Nos ponemos al servicio de una asociación civil que se propone juntar 300.000 firmas para que el Congreso de la Nación trate la Ley de Reproducción Humana Asistida. En ella, se propone que la infertilidad sea reconocida una enfermedad y de este modo, contemplada en el PMO (Plan Médico Obligatorio)
Los tratamientos de fertilización asistidos, tendrían cobertura médica obligatoria, y quienes tuvimos que juntar peso a peso para llevar adelante un intento como si se tratara de una cirugía estética o la confortable compra de un departamento en la avenida Quintana, podamos poner el cuerpo al servicio de la médicina reproductiva para sanar nuestro mal y ser curados, en la llegada del hijo tan deseado.
Y como aquello que vengo profesando desde que tengo uso de razón... considero evolutivo para el hombre, facilitar los mecanismos que la ciencia en su progresión, ha tratado de lklevar adelante para garantizar nuestra vida y bienestar.

Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.
No nos reproducimos…
Nacemos, crecemos, morimos.
Nacemos.
Papá y mamá, en su ensueño, ha planeado durante un tiempo, cautelosamente, o no, nuestra llegada a la vida. En ese ensueño, ha depositado en nosotros, una esperanza de vida, una crianza, una necesidad de brindar afecto, amor, contención.
En varias formas también, desde la educación, la tradición, la fe religiosa, el interés económico, han instalado en nuestras cabezas, el precepto de descendencia que, nos guste o no, nos va a marcar en gran parte el resto del camino.
Entonces, sencillamente, nacemos para construir, y llevar adelante un proyecto de vida.
… Nacemos.
Crecemos.
Crecemos aprendiendo, desarrollando habilidades, compartiéndolas, compartiendo afectos, formando un mundo conjunto denominado sociedad donde nos sentimos contenidos, y a medida que crecemos, nos damos cuenta que, casi sin quererlo, estamos latentes al amor, y ese sueño se transforma en algo mas, quizá la convivencia, quizá el cuidar uno del otro, quizá el progresar de a dos, quizá, por qué no, ir en busca de hijos que nos amen, que nos respeten, que nos enaltezcan, que nos admiren, que nos necesiten, que nos rían, que nos cuiden, que nos extrañen.
Y maravillosamente, la vida creará en nosotros el mismo sentimiento hacia ellos. Entonces, los amaremos tanto que les daremos lo mejor de nuestras vidas. Los respetaremos tanto que trataremos simplemente de allanarles el terreno para que puedan crecer sanos, con ideales propios, con objetivos, con sueños, con fe y ambiciones. Los enalteceremos, creándoles un ego tal que se creerán dueños del mundo, y qué más da, si puede ser el mejor antídoto para hacer frente al mundo que les toque vivir, y los cargará de energía para poder ser en el futuro aquello que sueñen. Los admiraremos, porque serán sangre de nuestra sangre puestas de manifiesto ante el mundo, porque tendrán potenciales creativos, intelectuales, que los destacarán y los harán sentir grandes personas, entre otras tantas grandes personas. Los necesitaremos tanto, que justificaremos nuestras vidas solo si ellos están disfrutándola, y nos sentiremos tan plenamente felices, solo si sabemos que estamos cubriendo sus expectativas y necesidades, y vamos a querer abrazarlos, acariciarlos, besarlos y hacerles regalos, por el solo hecho de necesitar hacerlo. Reiremos con ellos, por la alegría de vivir, cines, teatros, circos, viajes, cumpleaños, fiestas, serán excusas, solo para justificar nuestras existencias y dejarnos llevar, riendo, siendo felices, construyendo nuestra propia paz interior. Y los cuidaremos, porque sencillamente, se habrán transformado en lo más importante de nuestras vidas.
Y los extrañaremos, porque la vida es así, porque ellos cargaran sus valijas, a sus amores, a sus sueños, y tomarán distancia para llevar a cabo, aquel sueño que alguna vez, fue el nuestro.
Morimos.
Dejando… casi sin darnos cuenta, un legado, un heredero, un descendiente, el poeta que seguirá escribiendo la historia de quienes somos en otras vidas, una reencarnación.
Nuestra reencarnación, alguna vez escuché en la voz de un inteligente agnóstico, que la reencarnación, no es ni más ni menos que nuestros hijos, ellos son quienes transportaran en sucesivas vidas, nuestras muecas, nuestros gestos, algún lunar, nuestros ideales, depurados, evolucionados, en nuevas familias y nuevos sueños, y nuevas realizaciones.
Entonces, queridos amigos.
Lo bien que hacemos en nacer, crecer, reproducirnos y morir.
Solo que algunos, por esas cosas de la vida.
Nacemos, crecemos y morimos…
No reproducimos… porque la vida, las circunstancias, Dios, alguna enfermedad, o lo que fuera, no ha permitido, que se hiciera el milagro de cumplir con el mandato divino.
Entonces se asoma el vacío, la incertidumbre. Miles de dogmas que parecen que no se cumplirán, sueños que quedarán en eso, en sueños. Caricias que no recibiremos, y alegrías que no compartiremos. Creceremos y nos realizaremos solo para nosotros, sin dejar huellas. Y moriremos, dejando en la mayor soledad a quien ha estado a nuestro lado, viviendo el mismo sueño.
… Perdón. Puedo abrir un breve paréntesis, y ser respetuoso de quien cree que la vida es otra cosa? Tal vez no ir el busca de una familia, tal vez proyectar sus metas de otro modo, tal vez, contemplar con felicidad y admiración a quien a recurrido a una adopción, como opción de dar vida y cuidarla. Lo hago y brindo por ello.
Aunque tambien, si se me permite, quiero brindar por quienes atraviesan situaciones de esterilidad y recurren a tratamientos, solo en busca de cumplir con aquello tan preciado y divino como, el hijo concebido en forma natural, en nueve mese de hermosa busqueda, revolcados de dolor y ansiedad, esperando que llegue él, ese divino sucesor, ese divino hijo.
Entonces… pretendiendo al menos intentar, cumplir con aquello de nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, es que el epílogo de esta narración se transforma, en fomentar la cobertura total por parte de las obras sociales, de medicinas prepagas, para hacerlos tomar conciencia definitivamente de que un matrimonio con dificultades para procrear es un matrimonio enfermo, y hay que ayudarlo.
Enfermo desde la salud, y enfermo en lo social, por las connotaciones que acarrean en los vinculos, este tipo de dificultades.
Tradúzcase esto en la sensación de inferioridad ante los pares, padres constituidos.
En la falta de motivación, que contempla un matrimonio que no ve satisfecho, sus sueños, sus busquedas por formar una familia en armonía y feliz.
En la falta de deseos mutuos…

Mientras escribo estas lineas abro la ventana al gato que tengo por mascota, quien me pide salir a tomar fresco al patio.
Vuelvo a mi, y acabo por suplicar.
PRONTA ATENCION, Y COBERTURA TOTAL EN TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD.
Escucho voces de niños, asomo mi cabeza al patio y veo dos criaturas jugar y reír con el gato.
Al menos uno de ellos, podría ser nuestro hijo. No?


3 comentarios:

  1. Fabian tus palabras me conmueven, yo no tuve problemas de fertilidad, pero la vida quiso, que hoy me encuentre embarazada por una FIV, gracias a que existe la ovodonacion y banco de esperma... Yo todavía estoy con miedos, pero si Dios esta vez nos acompaña, podremos finalmente agrandar la familia.
    Tengo que fe que uds. tambien lo lograran.
    Un abrazo, y ojalá pronto se llegue a esas 300000 firmas.

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  2. La verdad que es dificil ponerme en tu situacion, con mi novia a principio de año perdimos un embarazo, tal vez leyendo esta pagina hoy me cae realmente el tablero de fichas encima, y trato de no pensar en lo mal que lo hemos pasado, sobre todo mi señora que tuvo que ser internada dos veces para que le realicen un legrado.. Hoy tenemos mucho miedo a que vuelva a suceder lo mismo, casi no hablamos aunque sabemos inconcientemente que lo vamos a volver a intentar.... espero que esta vez resulte, si no la verdad seria un cuerpo vivo, caminando sin sentido y tal vez el dolor me desgarre la existencia... bueno, la verdad me conmovi, espero que sus deseos se realicen pronto, tan pronto como este comentario... saludos y fuerza con el proposito de las firmasss.... un abrazo..

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  3. Te felicito por transformar el dolor en acción y fomentar ininicando a colegas en infertilidad y a todas las personas humanas en que se logre facilitar estos tratamientos de alguna manera (en lo costoso economico) porque en lo corporal y emocional igual es muy fuerte el proceso.
    Todas las suertes!

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