jueves, 23 de julio de 2009

Frankenstein= Dios del siglo XX.

Lo mas probable es que bajo los efectos de mis incapacidades haya creado en mí la vulnerabilidad de confiar, apostar y creer en agentes externos que puedan resolver mi vida y hacerla de este modo mas llevadera.
Digo, nacemos, crecemos, nos educamos y planificamos nuestro devenir, con la claridad y soberbia de un semidios... difilmente podamos entender verdades ajenas ni seamos capaces de prestar oido a ellas, basta con nuestro deseo y nuestras ganas juveniles de llevarnos el mundo por delante...
De este modo, nos creemos exitosos, felices, realizados, supremos...
La humanidad dió en su desprolijo andar, suficientes pruebas de que por si sola, lo mas probable es que hoy estuviera escribiendo este post en la forma de una cucaracha (Si de sobrevivir se trata a Hiroshima, guerras nucleares, devastaciones, epidemias, cataclismos).
Venturosamente, nos hemos encontrados protegidos en la figura de eminentes cientificos, medicos y sabios que contra una cuchillada, asomaron la gasa con alcohol... y sobrevivimos...
Estas lineas, probablemente en adelante no sean otra cosa que una sucesión de observaciones, pensamientos, sensaciones, fantasías, vinculadas fundamentalmente al hecho de estar vivos y el obsesivo deseo por dar vida.
Asi que... si acaso estas muy comodo en tu lugar de trabajo seguro de tus monedas y los calculos matematicos, conforman tus necesidades de comprar el ultimo wincofon de moda, estar en glamorosas reposeras de piscinas de nivel, al sonido de una fonola cercana... cerra este blog y disponete a leer lo ultimo en tendencias, que imagino que hoy por hoy, debe estar entre el barbijo con la sonrisa de guido suller, o el decadente vestido de zulma lovato.

Entre aquellas observaciones que me permiten adentrarme en el titulo propuesto a esta entrada, me fijo en la idea de dejarme llevar desde un plano netamente evolutivo.
Y cuando hablo de plano evolutivo, lo hago desde el lugar mas basico y primario que puede añadir a mi condición humana y el deseo, a pesar de llevar encima millones de años de existencia, por cuidar la tan mentada y trillada, levedad del ser.
La levedad del ser...
Quienes me conocen sabrán que soy un acerrimo defensor de la vida, de sus emociones, de sus cambios, de su compromiso, de su entrega...
Quienes me conocen sabrán que si cae un tronco frente al tren, lo mas probable es que decida correrlo de la vía, para seguir mi camino y llegar al destino elegido.
Frankenstein... para la humanidad, no es mas que eso.

Y la etica, la moral, la religión, no ha podido darle la espalda, ni derrumbar en la lógica que significaba saber que un trasplante de organo, significaba ni mas ni menos, que la continuidad en vida de un ser humano.
Y lo que podía ser horroroso (Un corazón de otro ser vivo en mi cuerpo, garantizandome la vida... un brazo reemplazando al que perdí, una cornea) se tranformaría en el milagro del siglo XX.
Y trasciendo el concepto... y lo traslado al dolor de carecer en mi integridad personal, humana y existencial, de buen semen.
Dios... (Solo una expresión) Aquel hombre sobrevivió gracias a un trasplante, y hoy aguarda una vida que lo sucederá...
Y en ello no hay dogmas, fructusos sermones, acabados conceptos restrictivos éticos ni morales... hay evolución...
Entonces, este hijo de Mary Shelley se convierte en un dulce despertar, en medio de inagotables intentos por acabar con la vida humana, su resplandor, su magia, sus hijos en plazas y prados, sus soles radiantes...
El hijo de Shelley huele una flor... y me observa...
Puede ver en mi a un integro humano sin rasguño alguno lo cual produce envidia en él, y lo obliga a esconder la cicatriz en su cuello bajo su polera. No logra entender mi nombre, perdido en su maraña de tejidos neuronales cocidos y emparchados. Mira con gratitud y orgullo mis logros personales y disfruta del amor que me brindo junto a mi mujer...
No entiende... como lo haría, encontrar en mis venas solo sangre, pureza y salud...
Aunque, cruza la linea...
Se acerca a mi, y ve que mi ropa huele a hollín, no a vómito de bebé...
Ve que mi auto no guarda cunas, ni juguetes... solo papeles... ni ositos de peluches...
Ve que la biblioteca de casa no tiene libros de cuentos, ni manuales Kapeluz, y que yo no leo otra cosa que revistas de actualidad...
Salgo tan poco a tomar sol, porque no tengo con quien correr y echarme al cesped...
Y sin embargo ella está a mi lado, tomandome la mano y mirando el atardecer, un hermoso y nuevo atardecer...
La criatura se aleja unos metros, le alcanza esconderse detras de un arbol y volver con un frasco, el cual me entrega en mano...
Sonríe...
-Trashplante de organo...- balbucea.- Trashplante de organo...
Tomo el frasco, y sonrío complice a mi mujer. Vuelvo mi cabeza y termino por ajustar el torpe tornillo en el cuello de Frankie...
- Trasplante de órgano Frankie... gracias por estar...

Aceptamos el trasplante de órgano porque garantiza la vida y nos salva, simplemente eso...
Fuimos capaces de evolucionar, al punto de admitir que se injerte un órgano, una extremidad, para suplir aquello perdido que nos transformaría en seres discapacitados o en su defecto, muertos.
Aceptamos la cirugía reparadora, aceptamos el cambio de sexo, aceptamos implantes, aceptamos cirugás estéticas, con el solo fin de hacer que este pequeño paso terrenal nos resulte un poco mas llevadero.
Y miramos con cuidado etico, moral y procazmente, el deseo de un matrimonio por encontrar en un tratamiento de fertilización asistido, el giro de tuerca a su busqueda por conformar una familia y dar respuesta al innato deseo de ser padres, creando progenitores y respondiendo a aquella frase biblica que proclama "Me darás mil hijos".
Trasplante de organos... no sé por qué es un tema que me toca tan de cerca...
Será acaso que estoy en lista de espera? Quien comprenda que dando cobertura médica obligatoria en tratamientos de fertilización asistida no solo curará nuestra enfermedad reproductiva sino que también habrá ejecutado un flamante trasplante de corazón.

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